Como expertos en la reparación de máquinas de coser en Ibiza, además de en su venta, nos gusta echar la vista atrás para recordar los orígenes de esta herramienta clave en la confección de prendas de ropa.

Fue durante la Primera Revolución Industrial, en 1790, cuando el británico Thomas Saint inventó la primera máquina de coser. Por aquel entonces, por supuesto, era un aparato manual. Usaba una lezna y solo ejecutaba la puntada de cadeneta. Apenas unos años después, en 1830, Maderspeger desarrolló un modelo parecido, mientras que en Francia, Barthelemy Thimonnier, creaba la primera máquina reconocida a nivel global. Esta se utilizó para confeccionar los uniformes del ejército francés.

Como empresa especializada en la reparación de máquinas de coser en Ibiza, nos parece importante conocer la historia de este instrumento y queremos compartirla con vosotros para que penséis en ella cada vez que veáis una de estas máquinas en casa de vuestros padres o abuelos. Poco después del prototipo de Madersperger, en 1834, se fabricó en Nueva York el primer modelo de pespunte. Hacia 1834, llegó la primera de puntada cerrada, que utilizaba al mismo tiempo una aguja con un ojo en la punta y una lanzadera oscilantes.

Todavía en el siglo XIX, en 1850, Allen Benjamin Wilson desarrolló una máquina con bobina rotatoria y alimentación intermitente en cuatro fases que daba la opción de avanzar la tela entre puntada y puntada. Sin duda, algo revolucionario que facilitó la labor de muchos sastres.

Hoy en día, en Jaime Mari Escandell, contamos con modelos mucho más modernos y cómodos, pero todo empezó a finales del siglo XVIII con el modelo de Thomas Saint.